viernes, 7 de octubre de 2011

Comunicación VS. Información


Entre mayor interacción exista, mayor será el campo de conocimientos de las personas.

La relación comunicación-información, debe ser específicamente humano, existe un intercambio de ideas, debe ser democrática y liberal y tendrá relaciones simétricas.



La comunicación esta considerada como el intercambio de mensajes, mientras la información es el envió de mensajes.


Las problemáticas que dentro de este proceso es la mal interpretación y la no actualización del concepto información.  

La información no existe ni tiene sentido mientras el emisor no tenga una falta o duda de propósito, el mensaje no cuente con el tratamiento adecuado y el perceptor no tenga una fala o duda que acepte.

-Diferentes niveles de comunicación

Impersonal

•Comunicación superficial

•Comunicación personal

• Comunicación profunda

*TODA INFORMACIÓN ES COMUNICACIÓN PERO NO TODA COMUNICACIÓN ES INFORMACIÓN*

Inicios de las Teorías de la información

Comunicación: Acto de relación entre dos o más sujetos en el cual se evoca un fin común. Es un proceso social.


Información: Conjunto de mecanismos que permiten al individuo tomar datos de su ambiente y estructurarlos de manera determinada. En la información no  se necesita evocar con otro u otros sujetos.

La comunicación cohesiona y conforma a la sociedad mientras que la información tiende a romper  esta cohesión para renovar pautas.

La comunicación y la información son fenómenos ligados.

En el universo existe infinidad de información que de forma natural los seres humanos la vamos seleccionando, señales naturales que se muestran en todos los procesos físicos, reflexiones filosóficas que se oponen a otras reflexiones de otra corriente de pensamiento y que de acuerdo a todos los razonamientos que cotidianamente realizamos, nos encontramos con un mundo de caos y un sentido de orden cuando lo plasmamos en el pensamiento como ya lo mencionamos.

Entropia: En la termodinámica es considerada como perdida de energía mientras en la comunicación se considera lo opuesto o la contraparte de la información.

La entropía es la medida de la desorganización y del desorden que puede imperar en un sistema, y la información es, al contrario, un patrón, una medida de la organización de un sistema. Interprétese de la siguiente forma, a mayor número de mensajes o variables conocidas, menor información.

El proceso de la comunicación en la idea no muestra límite, pero si hay limitación, cuando le damos relevancia a unos elementos y a otros no.Tampoco se puede hablar de uniformidad en el proceso ni de una interacción entre dos o más individuos. La comunicación no es un proceso en el que algo cambia cuando así se quiere o se transforma sólo en ese momento, sino que la comunicación es un suceso que es variable y cambiante en sí y por sí.

El proceso de la comunicación no comienza en algún lado y termina en otro. Lo que percibimos de una persona no es lo mismo que lo que emite la otra. Cada quien está pensando y modificando su formato o el conjunto de ideas.

La luz es como el agua

En Navidad los niños volvieron a pedir un bote de remos.
 
 
-De acuerdo -dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena.
Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían.
 
 
-No -dijeron a coro-. Nos hace falta ahora y aquí.
-Para empezar -dijo la madre-, aquí no hay más aguas navegables que la que sale de la ducha.
Tanto ella como el esposo tenían razón
 
. En la casa de Cartagena de Indias había un patio con un muelle sobre la bahía, y un refugio para dos yates grandes. En cambio aquí en Madrid vivían apretados en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. Pero al final ni él ni ella pudieron negarse, porque les habían prometido un bote de remos con su sextante y su brújula si se ganaban el laurel del tercer año de primaria, y se lo habían ganado. Así que el papá compró todo sin decirle nada a su esposa, que era la más reacia a pagar deudas de juego. Era un precioso bote de aluminio con un hilo dorado en la línea de flotación.
 
 
-El bote está en el garaje -reveló el papá en el almuerzo-. El problema es que no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni por la escalera, y en el garaje no hay más espacio disponible.
Sin embargo, la tarde del sábado siguiente los niños invitaron a sus condiscípulos para subir el bote por las escaleras, y lograron llevarlo hasta el cuarto de servicio.
 
 
-Felicitaciones -les dijo el papá ¿ahora qué?
-Ahora nada -dijeron los niños-. Lo único que queríamos era tener el bote en el cuarto, y ya está.
 
 
 
La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa.
Esta aventura fabulosa fue el resultado de una ligereza mía cuando participaba en un seminario sobre la poesía de los utensilios domésticos. Totó me preguntó cómo era que la luz se encendía con sólo apretar un botón, y yo no tuve el valor de pensarlo dos veces.
 
 

-La luz es como el agua -le contesté: uno abre el grifo, y sale.

De modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los encontraban dormidos como ángeles de tierra firme. Meses después, ansiosos de ir más lejos, pidieron un equipo de pesca submarina. Con todo: máscaras, aletas, tanques y escopetas de aire comprimido.
 
-Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada -dijo el padre-. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo.
-¿Y si nos ganamos la gardenia de oro del primer semestre? -dijo Joel.
-No -dijo la madre, asustada-. Ya no más.
 
El padre le reprochó su intransigencia.
 
 
-Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber -dijo ella-, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro
.
 
 
Los padres no dijeron al fin ni que sí ni que no. Pero Totó y Joel, que habían sido los últimos en los dos años anteriores, se ganaron en julio las dos gardenias de oro y el reconocimiento público del rector. Esa misma tarde, sin que hubieran vuelto a pedirlos, encontraron en el dormitorio los equipos de buzos en su empaque original. De modo que el miércoles siguiente, mientras los padres veían El último tango en París, llenaron el apartamento hasta la altura de dos brazas, bucearon como tiburones mansos por debajo de los muebles y las camas, y rescataron del fondo de la luz las cosas que durante años se habían perdido en la oscuridad.
 
 
En la premiación final los hermanos fueron aclamados como ejemplo para la escuela, y les dieron diplomas de excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir nada, porque los padres les preguntaron qué querían. Ellos fueron tan razonables, que sólo quisieron una fiesta en casa para agasajar a los compañeros de curso.
El papá, a solas con su mujer, estaba radiante.
 
 
-Es una prueba de madurez -dijo.
-Dios te oiga -dijo la madre.
 
 
El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel, la gente que pasó por la Castellana vio una cascada de luz que caía de un viejo edificio escondido entre los árboles. Salía por los balcones, se derramaba a raudales por la fachada, y se encauzó por la gran avenida en un torrente dorado que iluminó la ciudad hasta el Guadarrama.

Llamados de urgencia, los bomberos forzaron la puerta del quinto piso, y encontraron la casa rebosada de luz hasta el techo. El sofá y los sillones forrados en piel de leopardo flotaban en la sala a distintos niveles, entre las botellas del bar y el piano de cola y su mantón de Manila que aleteaba a media agua como una mantarraya de oro. Los utensilios domésticos, en la plenitud de su poesía, volaban con sus propias alas por el cielo de la cocina. Los instrumentos de la banda de guerra, que los niños usaban para bailar, flotaban al garete entre los peces de colores liberados de la pecera de mamá, que eran los únicos que flotaban vivos y felices en la vasta ciénaga iluminada. En el cuarto de baño flotaban los cepillos de dientes de todos, los preservativos de papá, los pomos de cremas y la dentadura de repuesto de mamá, y el televisor de la alcoba principal flotaba de costado, todavía encendido en el último episodio de la película de media noche prohibida para niños.
Al final del corredor, flotando entre dos aguas, Totó estaba sentado en la popa del bote, aferrado a los remos y con la máscara puesta, buscando el faro del puerto hasta donde le alcanzó el aire de los tanques, y Joel flotaba en la proa buscando todavía la altura de la estrella polar con el sextante, y flotaban por toda la casa sus treinta y siete compañeros de clase, eternizados en el instante de hacer pipí en la maceta de geranios, de cantar el himno de la escuela con la letra cambiada por versos de burla contra el rector, de beberse a escondidas un vaso de brandy de la botella de papá. Pues habían abierto tantas luces al mismo tiempo que la casa se había rebosado, y todo el cuarto año elemental de la escuela de San Julián el Hospitalario se había ahogado en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. En Madrid de España, una ciudad remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron maestros en la ciencia de navegar en la luz.
 
 
Comentario: El cuento me gusto, ya lo habia leido y es un buen referente de lo que es el caos y la entropia.

Verde: Información
Morado:Comunicación
Amarillo: Caos
Subrayado: Entropía
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